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El pueblo de La Tirana ya está contando las horas para celebrar y festejar un nuevo 16 de Julio junto a la madre de todos. Y esta vez fue el turno de las fuerzas armadas de orden y seguridad, los que celebraron su eucaristía para preparar los corazones y vivir lo que será la gran víspera.

A eso de las 8:30 horas las fuerzas armadas, carabineros, y policías de investigaciones se hacían parte de la celebración religiosa más grande del norte de Chile. La Eucaristía fue presidida por el Obispo Castrense, Mons. Pedro Ossandón Buljevic, en compañía de Monseñor Isauro Covilli, Obispo de la Diócesis de Iquique. Ossandón resaltó la importancia del servicio que prestan hacia la comunidad. “Todos nosotros prestamos un servicio a la comunidad independiente de cual sea, y cada uno de ustedes son parte de esa gran familia. Una familia con la cual nos sentimos cómodos, dónde se nos acoge y se nos quiere”.

Así mismo, el pastor recalcó la importancia de la vocación de servir a la comunidad, dando como ejemplo a María. “El servicio público es algo que debemos cuidar con el corazón. Veamos lo obediente que fue nuestra Madre y también cada discípulo, hoy ella nos dice: Hagan todo lo que Cristo les diga, y es ahí a donde debemos apuntar”.

“Cada acto, cada palabra, cada intervención debe recaer en un momento de reflexión, donde nuestras instituciones se pregunte… ¿Qué haría Cristo en mi Lugar?… para que así con la intercesión y bendición de nuestra madre en el día de hoy, podamos reaccionar en nuestros trabajos y hogares como Dios nos pide”. Comentó Monseñor Pedro Ossandón dentro de la homilía.

Tras aquello, hubo un momento de profunda emoción para orar por los mártires de cada institución y por quienes también dieron su vida en la emblemática Guerra del Pacifico. Cabe recordar que en el propio Santuario, en el sector de la “Cripta”, se encuentran restos de soldados que lucharon en dicha guerra, los cuales fueron hallados al momento de la construcción del templo.

En base a ello, se produjo la bendición de todas las instituciones para luego descender a la cripta y rendir homenaje a estos héroes patrios cantando el himno nacional.

Para finalizar la Santa Misa, se llamó al Comandante en Jefe de la Cuarta Zona Naval, al Comandante de la Primera Brigada aérea y representantes de Carabineros, PDI y el ejército, junto a sus esposas e hijos para bendición final, donde el obispo Castrense recalcó la importancia de la “familia”. “Esto es lo que caracteriza a todas las instituciones de orden y seguridad, una gran familia, una gran unión con un sólo objetivo, servir a la patria y a su gente”, culminó Monseñor Ossandón.

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